La casa azul
Mis pasos detonan las piedras
y su eco circunda las cálidas alcobas
que callan las palabras.
Las casas se suceden
por suntuosos caminos
de colores terrestres
y olvidados.
Pequeños arrayanes
asoman tímidamente
por entre los balcones,
observando los faroles sepia
que alientan mi destino.
El silencio se levanta
muy temprano en este sitio
y camina de puntitas
en las jaulas de los pájaros
y entre las camas de los viejitos
que ya sueñan sus amores.
Mis pasos despiertan
a los perros de azotea,
que encadenan sus cuerpos
a los viejos tinacos
para no saltar
gustosos al abismo.
Una leve brisa
recorre la calle
cuesta abajo,
trayendo consigo el aroma
de nostalgias añejas
que pronto morirán.
Entro a la casa azul
de óleos y girasoles
y escucho el maullido de Lucha
jugando con el silencio,
anunciando al mundo entero
que la soledad ha terminado.
Santiago de Querétaro, Qro. Mi casa de Alejandro O'Gorman, 30 de mayo de 2009
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